Entrar a un museo es uno de los actos más significativos de mi vida en cuanto a la forma en la que me emociono, me inspiro y me motivo dentro de ellos. Contemplar y atestiguar el lado creativo del ser humano me hace sentir mejor, llenarme de optimismo. Me permite identificarme con esa parte artística de la humanidad que solamente en ese medio es reconocida y que debería ser celebrada por el mundo entero. Quisiera trabajar y/o vivir en un museo, es uno de mis sueños y de mis fantasías. Soy inmensamente feliz recorriendo estos recintos a los que siempre reconoceré como las verdaderas almas de las ciudades.
jueves, 2 de julio de 2009
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