jueves, 9 de julio de 2009

CALEIDOSCOPIOS

Mi primer caleidoscopio me lo regaló mi tío Gabino (q.e.p.d.). Fue algo mágico desde el primer momento. A partir de entonces he sentido una fascinación interminable por estos objetos cónicos que encierran color y fantasía en ellos. Siempre me he comparado con un caleidoscopio porque lo mejor de mí está dentro, encerrado tal vez, y porque hay que direccionarlo hacia la luz para mirarlo...porque no hay que entenderlo, simplemente girarlo para mirar diferentes cosas. Los caleidoscopios representan sin duda símbolo de mi personalidad, pero también de amistad. Regalar un caleidoscopio significa considerar a esa persona como una verdadera amistad, darle importancia en mi vida. Este acto surgió de manera inconsciente, aunque con el tiempo empecé a hacerlo con plena convicción y conciencia; aunque curiosamente esto no lo saben las personas a las que se los he regalado, y no porque haya decidido ocultarlo, simplemente porque no he considerado necesario hacer tal aclaración. El primero de mis poemas favoritos se titula precisamente "Caleidoscopio" y es mi gran obra maestra de mi época adolescente.

“Soy ángel y demonio, porque jamás presumo de ser buena. Como un caleidoscopio…en el que puedes ver lo que tú quieras”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario